Después del champú, el acondicionador: La hidratación le da al cabello la flexibilidad y brillo que necesita. Eso sí: ten cuidado con la cantidad, ¡no quieres que tu cabello se vea pesado!
No abuses de los tratamientos químicos: Decoloraciones, desrices y cambios continuos de color pueden maltratar tu cabello. No te estamos diciendo que no cambies de estilo, nosotros siempre estamos a favor de la innovación, pero para que esos cambios luzcan bien el cabello debe estar en buen estado.
Protege tu cabello del sol (y de la lluvia): Usar sombrero o pañuelos en la playa es una recomendación legendaria, pero también hay que protegerse del sol en la ciudad. Si tienes que pasar mucho tiempo al aire libre trata de cubrirte –también por el bien de tu rostro- o al menos usar productos que bloqueen los rayos solares. Y con respecto a la lluvia: lo mejor es ni asomarte, pero si es inevitable recógete el cabello y usa tu paraguas.
Córtate las puntas: Al menos una vez cada 30 o 45 días, esto hace que todo el cabello luzca más sano y te ayuda a evitar las horquetillas, que combinadas con el efecto frizz se convierten en una verdadera pesadilla.
Cuidado con el secado: Gran parte del efecto frizz son los cabellos de distintos tamaños resultado del maltrato con el cepillo. Sécate el cabello con cuidado, para evitar que rompa. Y si es posible no lo hagas todos los días, porque también le restas hidratación.
Pide ayuda a tu estilista: Un buen corte de cabello y una línea de productos anti-frizz te pueden ayudar. Dile a tu peluquero de confianza que te haga un corte no sólo de acuerdo a tu rostro sino a tu estilo de vida, para que sea más fácil de manejar. Y pídele que te recomiende una buena línea de productos (tu confianza e instinto te permitirán saber si te está aconsejando o sólo vendiendo).
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