Estos son algunos de los secretos (aderezados por nosotros) que el afamado maquillador internacional Kevyn Aucoin comparte en su libro El Arte del Maquillaje. Muchos ya los conoces (los clásicos no mueren, ya sabes), otros tal vez te sorprendan:
- Para fijar el color, aplica un toque de polvos sueltos sobre la primera capa de color y maquilla tus labios nuevamente.
-Al usar una barra de labios: Separa las dos capas de un pañuelo facial y utiliza una para eliminar el exceso de color de los labios. Luego, aplica de nuevo el labial y vuelve a utilizar el pañuelo para secar. Así se absorbe el exceso de grasa, el pigmento penetra mejor y el maquillaje dura más.
-Juega con el equilibrio del rostro utilizando colores oscuros en los ojos y claros en los labios y viceversa, y verás cómo varía la proporción de los rasgos. Además, la idea es centrar la atención en uno de los dos rasgos, después de todo quien tiene que resaltar eres tú y no tu rostro como si fuera una máscara.
-Perfila tus labios con un lápiz neutro, incluso si el labial es brillante, porque la boca luce más natural y si el color se desvanece, la capa inferior no adquiere esa desagradable tonalidad naranja o roja sin vida.
-Por si tienes que cambiar de maquillaje de día para la noche sin poder pasar por tu casa, lleva siempre contigo el rizador de pestañas, tu máscara para pestañas negra, y un color de labial más intenso, luego le aplicas en el centro del labio un toque del gloss que usas a diario y lucirás radiante.
-Si bien es indispensable para mantener los tonos oscuros en su lugar sin que se corran, no dejes el delineador de labios sólo para ocasiones especiales. Ten uno neutro y úsalo a diario, recuerda que su principal función es ayudarte con la forma, corregir cualquier imperfección y acentuar lo mejor de tu linda boquita.
-Cuando puedas invierte en un pincel para tus labios -los que vienen la mayoría de las veces en los hermosísimos estuches de maquillaje son tan malos que más bien parecen instrumentos de tortura- es mucho más fácil de controlar que la barra e incluso que los aplicadores de gloss. Si lo limpias bien cada vez que terminas y con mayor profundidad con cierta frecuencia, te bastará con uno.
Imagen: www.makeupgeeek.com
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